hace tantos años de este largo caminar

hace tantos años de este largo caminar

miércoles, 31 de agosto de 2011

Y ... sucedió.


Después de tres años errando por el bosque, disfrutando de sus paisajes, tendiendo trampas,aceptando derrotas y aclamando victorias, tanto propias como del resto de compañeros de la comuna... Por fin, mi último viaje al extremo sur del bosque.
Esta vez no me quedaría mirando ese absurdo puente que me separaba de aquellos sabios.

Cumplí mi cometido, pasé con cautela el estrecho puente y... al llegar al final... nada.
Oscuridad. Llegó a saturarme.

Mantuvimos la vigilia casi el resto de la noche, esperando algo, inseguros... pero lo único que pudimos contemplar fue la salida del sol más fría que estos tres aspirantes habíamos vivido en mucho tiempo.
La mañana fue distinta, celebramos nuestra decisión y se hizo público nuestro deseo de formar parte de esa élite de sabios.

Ahora que ya estoy donde quería no me siento mejor.
No había pensado que podría ser tan duro pasar de ser el árbol central del bosque a ser únicamente un peón en la ajedrez, la carta más baja de la baraja, un sin sentido, un títere que al intentar cortar sus cuerdas solo podría conseguir el ridículo más absoluto.
Ahora cualquier palabra, cualquier gesto hace que mis nervios aparezcan y me recorran vertebra por vertebra.
Ahora algo que parecía maravilloso se ha convertido en un muro. Un muro alto y resistente. Una muralla por la que tengo que trepar, sin intentar destruirla. Sin escalera.

A veces deseas tanto algo que terminas idealizando, creas una utopía mental que se rompe en mil pedazos cuando la alcanzas y ves que realmente... no era para tanto.